Un grupo de científicos, recientemente, ha creado otro modelo que permite anticipar con meses de antelación la aparición de olas de calor marinas y episodios extremos de acidificación oceánica. De acuerdo con el estudio del Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Boulder, este desarrollo facilita prever fenómenos que afectan severamente a los ecosistemas marinos, con un rango de predicción de hasta un año y distintos niveles de precisión según la región.
En el contexto del siglo XXI, los océanos experimentan un aumento sostenido tanto en su temperatura como en su acidez, explicaron Samuel Mogen, doctorando en INSTAAR, y Nicole Lovenduski, directora del estudio, junto con su equipo. Aunque estos cambios se producen gradualmente, también se manifiestan en eventos extremos que, al alcanzar una gravedad significativa, pueden devastar ecosistemas completos. Según los investigadores, estos fenómenos son comparables a olas de calor o episodios de contaminación atmosférica en tierra firme, aunque se desarrollan bajo la superficie del agua.
El modelo diseñado por los científicos no solo permite anticipar olas de calor marinas, sino que también identifica eventos de acidificación severa, lo que representa un avance importante frente a las limitaciones de investigaciones anteriores debido a la falta de datos precisos. “Estamos en el punto en que podemos usar los modelos para comprender la evolución del carbono en el océano en el futuro a corto plazo”, explicó Mogen.
Publicado en Nature Geoscience, el estudio indica que fenómenos como El Niño intensifican la acidez en el océano, particularmente en el Pacífico oriental, frente a las costas de América. Este proceso se ve exacerbado por el aumento global de las emisiones, ya que mayores concentraciones de dióxido de carbono se disuelven en el agua de mar, incrementando su acidez. Esto afecta especialmente a los organismos que dependen del aragonito, un mineral fundamental para formar sus conchas y exoesqueletos.
En términos generales, las olas de calor marinas ocurren cuando la temperatura del agua en una región específica se eleva significativamente durante períodos prolongados, que pueden durar semanas o incluso meses. Estas condiciones generan impactos severos en los ecosistemas marinos, como el aumento de la mortalidad de peces, mamíferos y aves marinas; la disminución de nutrientes esenciales en el agua; y la proliferación de algas perjudiciales. Estos eventos extremos reflejan los desafíos que enfrenta la biodiversidad marina en un entorno en constante transformación.