Los beneficios múltiples de la conservación ecológica

La conservación de los ecosistemas tiene otros efectos positivos que van más allá de la gestión del agua. Los humedales, por ejemplo, son vitales para purificar las aguas pluviales, actuando como filtros naturales que retienen los contaminantes antes de que lleguen a los ríos y lagos. Los bosques, por otro lado, ayudan a capturar dióxido de carbono y contribuyen al bienestar de las personas al proporcionar espacios recreativos que favorecen la salud mental y física. Las praderas, además, son esenciales para la biodiversidad y protegen el suelo de la erosión.

Estos servicios ecosistémicos proporcionan un enorme valor añadido a las ciudades, que no siempre se reconoce en los planes de urbanización.