La inteligencia artificial y la agricultura empiezan a competir por el agua

Cada vez que abrimos ChatGPT y mantenemos una sesión de entre 10 y 50 preguntas equivale a mantener abierta una canilla de agua durante 5 segundos. Si tenemos en cuenta que 190 millones de personas utilizan esta aplicación diariamente, estas cifras, además de reflejar una adopción global inédita, nos permiten proyectar que el sector de la inteligencia artificial (IA) demandará entre 4.2 y 6.6 mil millones de metros cúbicos de agua por año hacia el año 2027 — más que el consumo anual de agua de un país mediano como Dinamarca, o casi la mitad del del Reino Unido.

La IA avanza a pasos acelerados, pero su infraestructura física —los centros de datos— requieren ingentes cantidades de energía y de agua para su refrigeración. Sólo en el año 2024 entraron en operación 137 nuevos centros de datos y se estima que se sumarán entre 100 y 150 en los próximos años. Muchos de estos centros de datos se instalarán en zonas con estrés hídrico por una combinación de energía barata y limpia, cercanía a hubs tecnológicos, incentivos económicos y -muchas veces- subestimación del impacto hídrico.