Argentina, con sus tierras ricas en recursos, evidencia las tensiones entre intereses globales, promesas de desarrollo y el bien común
La gran riqueza de nuestras tierras -al igual que las de otras naciones de América Latina y de África -provocaron desde el fondo de nuestra historia la codicia y la violencia de los poderosos de Europa y de las burguesías locales. Precisamente la fragmentación de Latinoamérica fue alentada por los intereses de las naciones del viejo continente que pujaron por el manejo del oro y la plata primero. Por la fuerza o enmascaradas con ideologías como la del libre comercio. España, Portugal e Inglaterra. Como ya lo hemos recordado en 1823 nació el mecanismo de “la deuda externa”, en aquel entonces con Inglaterra, como medio de extorsión, negociación y dependencia. Te concedo más plazo a cambio de esto o aquello.
El extractivismo fue anterior y posterior al momento en que Latinoamérica se partiera en 20 pedazos de territorio para conformar 20 naciones independientes a cada una de las cuales los europeos se encargaron de vestir con veinte trajes liberales a medida para que no fueran 20 estados unidos. Así como también lo fue en el África colonial y la suma de naciones dependientes en lo que luego se convirtió.
Y el iluminismo continuó seduciendo y domesticando a nuestras clases dirigentes que, permitieron que aquellos se llevaran nuestros metales preciosos a sus tesoros. Tesoros con los cuales los europeos más inteligentes alimentaron su industrialización y desarrollo. Algo parecido a lo que hicieron con el continente negro.