De acuerdo a un estudio publicado a inicios de este año en Frontiers of Public Health, en América Latina y el Caribe viven alrededor de 14,7 millones de migrantes, la mayor parte (10,9 millones) en Sudamérica, de los cuales 7,1 millones son venezolanos.
En los efectos del cambio climático en la salud, los autores del análisis no solo incluyen los directamente relacionados con eventos catastróficos, sino también “aquellos relacionados con un aumento de la morbilidad y la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y pulmonares, cambios en patrones de enfermedades transmitidas por vectores, enfermedades transmitidas por el agua, desnutrición u otras enfermedades relacionadas con la nutrición”.
Luis Jorge Hernández, profesor asociado y director de investigaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes (Colombia), quien no participó de la investigación, coincide con los autores en que en América Latina hay un fenómeno de transición demográfica avanzada sobre todo en centros urbanos.
Sin embargo, agrega, esto no se ha acompañado de una transición epidemiológica, “es decir, siguen coexistiendo casi por igual las cargas de enfermedad por enfermedades crónicas con transmisibles, las transmisibles y el complejo trauma violencia”.
El investigador resalta otra característica que está ocurriendo en la región: “aumenta la expectativa de vida, pero las personas se están enfermando en forma más temprana en la adultez joven o en personas menores de 65 años”.
Por su parte, Reinaldo Guimarães, vicepresidente de la Asociación Brasilera de Salud Colectiva, afirma que el estudio en su conjunto ofrece un buen panorama de los determinantes de la situación de salud de las poblaciones de América Latina y el Caribe.
Sin embargo, reconoce, la investigación “no ofrece aportes originales sobre estos determinantes ni aborda con mayor profundidad las formas de enfrentar los desafíos que señala, como es el caso del cambio climático”.
“Entiendo que la inclusión del cambio climático y la migración como determinantes del estado de salud es un elemento altamente positivo y, entre todo el conjunto de determinantes que aborda es uno que, por su ‘novedad’, ha venido movilizando a gobiernos y otros actores para su enfrentamiento”, afirma.
“Creo que los desafíos del cambio climático y la migración dependen solo muy parcialmente de los sistemas de salud. Estos tendrán que prepararse para afrontar las consecuencias de estos fenómenos. Para ello, las recomendaciones se refieren a mejoras generales de los sistemas de salud, con miras a universalizarlos, garantizando la búsqueda de mayor cobertura y equidad”, puntualiza Guimarães.